24.11.06

Zopes



Esa noche escuchó de nuevo el grito, nada vio a su alrededor, lo sabía bien, era el sonido de siempre, el alarido que se perdía en espirales, en melodías bajas y perdidas, coros de repetición, de nuevo el grito, cerró sus ojos, así fue capaz de ver el producto de los sonidos, esa maldita ave, la vio acicalándose, limpiándose el pico de sangre coagulada, sabía que era la suya, necesitaba salir, tratar de perder esa imagen por un segundo. Salió lo más rápido que pudo del cuarto, dejándolo todo, nada que le cubriera la piel, solo quería perder esa maldita imagen. Trató de alcanzar el punto mas lejano, correr sin ver atrás, ¿Pero escapar de quien?, ¡Los gritos siguen ahí¡, ¡La imagen sigue ahí¡, nada se pierde, nada es diferente, el sentimiento es el mismo (miedo), razonar, no valía la pena, es perder el tiempo, el ave sigue acicalando su pico, lo limpia, ya extiende sus alas, está en su mente. Su cuerpo se encoge y se echa al suelo, frío, soledad, impotencia, la imploración al cielo es demasiado tarde, el dolor persiste, y no es algo nuevo. Se distorsiona su mirada, sigue tomando atención, trata de encontrar la razón, pero no existe, trata de engañarse con que todo es un juego, pero es real, esta ahí cada vez que cierra los ojos, nada cambia, solo la posición de la maldita ave, oscura, negra y calva. Los ojos de esas aves solo pueden observar una parte de la realidad, estas solo pueden ver con un ojo. Un segundo de tregua, todo en paz, limpia el sudor de su rostro, sigue buscando respuestas, trata de entender, trata de encontrar un sentido, a todo, a cuanto sucede, gritos, aves; trata de orientarse, está en la calle y logra reconocer el lugar donde está, hay un puente muy cerca, camina hasta él, necesita aire, respirar, camina lento, agotado de una batalla sin lugar, una batalla que parece perdida por no reconocer quién es el enemigo, solo sabe que debe caminar para llenar sus pulmones de aire fresco, para aclarar, para buscar una salida, se ve solo, nadie estará cerca, no podrán comprender que algo está dentro de él y quiere salir, escapar y ser libre, dentro de él anida, esta ahí, sigue su paso, llega al puente, se aferra del los tubos del pasamanos, un árbol, un ave sacude sus alas, embestida. La calva cabeza juega de nuevo, primero el ojo izquierdo luego el derecho, extiende sus alas, es enorme, da un paso al frente y juega de nuevo, baja la cabeza y lo ve, esta ahí de frente, espera, sabe que la víctima está perdida, estará en su pico en un segundo, él no se va, está estupefacto, un movimiento y está muerto, tratará de postergar su vida todos los segundos que pueda, no puede perder la vida tan rápido, no se moverá, la observa detenidamente, no es la imagen que tiene en la mente, estas es diferente, en segundos la analiza, la compara con la de su mente, sabe que no es la misma que lo atormenta, algo dentro de él se mueve, algo dentro no se queda quieto, dolor en el estómago, un dolor punzante, seguido, se rasga algo en su interior, no tiene opción, el dolor lo obliga a doblarse, a tratar de cubrirse la herida, respira, agitado, falta el aire, trata de no caer del todo, sabe que no puede perder de vista a su enemigo, siguen los movimientos en su interior, un grito se escucha dentro de su cuerpo, el dolor es insoportable, solo puede soltar un grito, que no es de él, es de lo que lleva dentro, se abalanza la imponente ave sobre el, con los mismos alaridos. De un golpe con el pico le parte el vientre, un pichón sale del cuerpo inerte y limpia su cabeza de la inmunda sangre que lo cubre. La pequeña, se librera del cuerpo en donde anidó, reconoce su entorno, eléctricos movimientos de cabeza, gotea la sangre de su pico, se acicala, y come tranquilamente el lugar donde anidó.

1 comentario:

AlmaCaraluna dijo...

señor es un honor para mi, estar en su nueva morada.

Saludos con destellos de luna, prometo subir algo el lunes.